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Nuestros antepasados tomaban mucha más fibra que nosotros ya que los alimentos eran más naturales y no estaban tratados como en la actualidad. Además nuestra dieta es rica en lácteos y carnes que no contienen fibra.
Un buen consumo de fibra nos proporciona numerosos beneficios en nuestra salud. Son alimentos saciantes ya que permanecen mucho tiempo en nuestro tracto intestinal y por ello reducen la sensación de hambre. Retrasan y disminuyen la absorción de la glucosa de los hidratos de carbono de absorción rápida, es decir, reducen la secreción de insulina algo tremendamente beneficioso en el caso de los diabéticos. Reduce la absorción de colesterol en las personas que padecen colesterolomeia. Evita el estreñimiento y disminuyen la aparición de cáncer de colón gracias a que no se digieren sino que absorben o retienen agua. Arrastran pequeñas cantidades de grasa que se hacen visibles en las heces. Los alimentos ricos en fibra se mastican más y nos obligan a comer más despacio cosa que facilita la digestión. Disminuye la formación de caries dental por exigir una mayor masticación y mayor secreción salivar.
Las verduras tienen mayor cantidad de fibra que las frutas. Es preferible comer las frutas con piel para así aprovecharle toda su fibra y, además, también es preferible tomar cereales o pan integral que refinado. También existen pastas y arroces integrales que tienen un alto contenido en fibra. Conviene beber agua cuando se toma fibra.
Es importante que este alimento se tome en su justa medida ya que un exceso podría ocasionar que no se produjera la absorción de hierro, calcio o magnesio. Por lo tanto si nos excedemos con la fibra debemos compensarlo con la ingesta de más calcio, hierro o magnesio, es decir, mantener una dieta equilibrada.
En mujeres embarazadas es especialmente importante en embarazadas sobretodo si éstas padecen estreñimiento
No descuides el consumo de fibra, te sentirás mejor y tu organismo te lo agradecerá.
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