TATUAJES Y PIERCINGS, UNA MODA PELIGROSA

Los piercings y tatuajes no son algo nuevo en absoluto. Son prácticas muy antiguas, utilizadas en diferentes culturas con diversos fines: religiosos, como marca de pertenencia a un determinado grupo o tribu o como señal de identidad, entre otras. Sin embargo, hoy en día se puso mucho de moda, sobre todo en gente joven, aunque los motivos han cambiado significativamente. Ahora se trata de algo puramente estético.

Sin embargo, esta costumbre no está libre de riesgos ya que estética y salud suelen ir siempre de la mano. 

Principalmente, para intentar evitar cualquier tipo de complicación, ambas prácticas se deben de realizar en buenas condiciones de higiene. Por lo tanto, elige un lugar adecuado, con buenos profesionales. Lo barato a veces sale caro.

Entre los riesgos más comunes de los piercings se encuentran los traumatismos de la piel. Si cicatriza mal, se puede producir una seria lesión, la dermis reacciona y pueden aparecer pequeños tumores o ulceraciones en la piel. Además, existe la posibilidad de hemorragias, inflamaciones, alergias y deformaciones permanentes en el lugar del piercing. 

Sin embargo, depende mucho del lugar que decidas perforar. Por ejemplo, en la lengua corres el riesgo de perder la sensibilidad, el sentido del gusto, de que se inflame y se obstruya la respiración o de tener dificultades a la hora de hablar. Por otro lado, tanto la nariz como en la oreja son zonas con mucho cartílago, por lo que la cicatrización es más lenta y pueden formarse granulomas. Además, la oreja tiene poco flujo sanguíneo, por lo que una infección sería más difícil de tratar, ya que el antibiótico no llega tan fácilmente. El ombligo, por su parte, es la zona donde más infecciones se producen, debido a los pliegues. Tiene también el riesgo añadido del roce de la ropa, que dificulta la curación.

Los tatuajes no están exentos de riesgos. Los principales son la aparición de bacterias y virus que derivan a enfermedades tan serias como la Hepatitis B o C o el VIH. Esto se produce como consecuencia del uso de material no estéril. El mayor problema es que éstas pueden tardar en manifestarse muchos años, cuando ya es demasiado tarde para detectar las complicaciones y la enfermedad estaría ya muy avanzada. Por otro lado, un tatuaje acarrea dolor, sobre todo en zonas cercanas al hueso, reacciones alérgicas y cicatrices gruesas (queloides). 

Piénsalo dos veces antes de ponerte un tatuaje ya que borrarlo no es para nada sencillo. Es un proceso caro, difícil, doloroso y largo. Además, el pigmento va a permanecer dentro de la piel siempre. 

No juegues con tu salud. Ten en cuenta todos los riesgos antes de seguir una moda. Si aún así decides hacerlo, toma las precauciones adecuadas. No corras riesgos innecesarios.