Teñirse el pelo es una práctica muy común hoy en día. Son cada vez más las personas que deciden cambiar el color de su pelo y, cada vez, estas empiezan a edades más tempranas. Sin embargo, no es para nada recomendable teñirse antes de los 16 o 18 años ya que las consecuencias negativas de este hábito se ven intensificadas y el riesgo de padecer dermatitis es mayor.
Son varias las teorías acerca de lo que el tinte puede provocar para nuestra salud. Hay mitos como los que dicen que previene la caspa que están totalmente rechazados ya que nunca hubo ninguna prueba científica que lo demostrara.
Sin embargo, sí es verdad que tienen cierto peligro. Principalmente, uno de sus componentes, la Parafenilenediamina (PPD), que se encuentra también en medicamentos para el asma, es un potente alergénico. En algunos países se ha llegado a prohibir su uso, pero en España nunca se llegó a hacer. Se controlan las cantidades no pudiendo superar un 6%.
Entre los principales síntomas se encuentran el picor y el enrojecimiento del cuerpo cabelludo. A veces, incluso se puede producir descamación.
Para intentar evitar esto, se recomienda que en la segunda capa de tinte, solo se aplique en las raíces, para producir menos daños. Además, se aconseja no aclararse mucho el pelo, intentar dejar un color lo más parecido posible al natural. Por otro lado, en personas embarazadas se desaconseja el tinte al menos durante los tres primeros meses. Esto es debido a la posibilidad de que el cuerpo absorba alguno de los componentes químicos del tinte.
Sin embargo, si a pesar de esto quieres seguir tiñéndote muy a menudo y de colores animados, opta por los tintes naturales, los cuales no presentan ningún tipo de riesgo. Un ejemplo de estos es la henna que, además de colorante, constituye un tónico para el cabello al cual le proporciona textura, brillo y salud.
La decisión es tuya.
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